ORACIONES.
“AUNQUE DIOS NOS LO QUITE
TODO, NUNCA NOS DEJARÁ SIN ÉL, MIENTRAS NO LO QUERAMOS. PERO HAY MÁS; NUESTRAS
PÉRDIDAS Y SEPARACIONES NO SON MÁS QUE POR BREVE PLAZO”.
San Francisco de Sales. Epistolario.
“DEPOSITAD ESTE CUERPO
MÍO EN CUALQUIER SITIO, SIN QUE OS DE PENA. SÓLO OS PIDO QUE DONDEQUIERA QUE
ESTÉIS, OS ACORDEIS DE MÍ ANTE EL ALTAR DEL SEÑOR”. (Palabra de Santa Mónica en su lecho de
muerte).
San Agustín.
Confesiones, IX, 11.
ORACIÓN AL FALLECIMIENTO
DE UN SER QUERIDO.
¡Oh Jesús, único
consuelo en las horas eternas de dolor, único consuelo sostén en el vacío
inmenso que la muerte causa entre los seres queridos! Tú, Señor, a quién los cielos,
la tierra y los hombres vieron llorar en días tristísimos; Tú, Señor, que has llorado a impulsos del más tierno de los
cariños sobre el sepulcro de un amigo predilecto. Tú, ¡oh Jesús! Que te compadeciste del luto de un hogar deshecho
y de corazones que en él gemían sin consuelo; Tú, Padre, amantísimo, compadécete también de nuestras lágrimas. Míralas, Señor, cómo sangre del alma dolorida, por la pérdida de
aquel que fue deudo queridísimo, amigo fiel, cristiano fervoroso. ¡Míralas, Señor,
como tributo sentido que te ofrecemos por su alma, para que la purifiques en tu
sangre preciosísima y la lleves cuanto antes al cielo, si aún no te goza en él!
¡Míralas,
Señor, para que nos de fortaleza,
paciencia, conformidad con tu divino querer en esta tremenda prueba que tortura
el alma! ¡Míralas,
oh dulce, oh piadosísimo Jesús! y
por ellas concédenos que los que aquí en la tierra hemos vivido atados con los fortísimos
lazos de cariñó, y ahora lloramos la ausencia momentánea del ser querido, nos
reunamos de nuevo junto a Ti en el Cielo, para vivir eternamente unidos en tu Corazón. Amén.
ORACIÓN POR NUESTROS
SERES QUERIDOS
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te
compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros
seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con
gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia
concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar el gozar del eterno
descanso en el seno de tu infinito amor. Amén.
Concédeles, Señor, el descanso eterno y que
les ilumine tu luz perpetua.
Que las almas de los fieles difuntos por la
misericordia de Dios descansen en paz. Amén.
ORACIÓN DE RECOMENDACIÓN
DEL ALMA A CRISTO.
Señor, te encomendamos el alma de tu siervo (a)… (Mencione su nombre) y te
suplicamos, Cristo Jesús, Salvador del mundo, que no le niegues la entrada en
el regazo de tus patriarcas, ya que por ella bajaste misericordiosamente del
cielo a la tierra.
Reconócela, Señor, como criatura tuya; no
creada por dioses extraños, sino por ti, único Dios vivo y verdadero, porque no
hay otro Dios fuera de Ti ni nadie que produzca tus obras.
Llena, Señor, de alegría su alma en tu
presencia y no te acuerdes de sus pecados pasados ni de los excesos a que la
llevó el ímpetu o ardor de la concupiscencia.
Porque, aunque haya pecado, jamás negó al
Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu Santo; antes bien, creyó, fue celoso de la
honra de Dios y adoró fielmente al Dios que lo hizo todo.
RÉQUIEM POR UN SER
QUERIDO
Silencio y paz
Fue llevado al país de la vida ¿Para qué hacer
preguntas? Su morada, desde
ahora, es el Descanso, y su vestido, la Luz. Para siempre.
Silencio
y Paz. ¿Qué
sabemos nosotros?
Dios mío, Señor de la Historia y dueño del ayer
y del mañana, en tus manos están las llaves de la vida y la muerte. Sin preguntarnos,
lo llevaste contigo a la Morada Santa, y nosotros cerramos nuestros ojos,
bajamos la frente y simplemente te decimos: está bien. Sea.
Silencio
y paz.
La música fue sumergida en las aguas
profundas, y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas.
Se acabó el combate. Ya no habrá para él, lágrimas,
ni llanto, ni sobresaltos. El sol brillará por siempre sobre su frente y una
paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.
Señor de la vida y dueño de nuestros
destinos, en tus manos depositamos silenciosamente este ser entrañable que se
nos fue.
Mientras aquí abajo entregamos a la tierra
sus despojos transitorios, duerma su alma inmortal para siempre en la paz
eterna, en tu seno insondable y amoroso, oh Padre de misericordia.
Silencio
y paz.
NUESTROS QUERIDOS SERES
Parecemos devolvértelos a Ti, oh Dios, de Quién
los recibimos. Pero así como Tú no los perdiste al darlos a nosotros, tampoco
los perdemos cuando regresan a Ti.
Oh Amante de Almas, Tú no das como el mundo
da, lo que das nos quita, pues lo que es Tuyo, también es nuestro puesto que
somos Tuyos, y Tú eres nuestro.
La vida es eterna, el amor es inmortal; la
muerte no es más que horizonte, y el horizonte no más que límite de nuestra visión.
¡Levántanos, oh Poderoso Hijo de Dios, para poder ver más
allá; enjuga nuestros ojos para mirar con luz más clara; acércanos a Ti para
sentirnos junto a Ti y hallarnos cerca de nuestros queridos seres que están contigo!
Y mientras preparas un lugar para nosotros, prepáranos
a nosotros también para esa tierra feliz, por que donde estés, estemos nosotros
también, por siempre. Amén.
Padre Bede Jarret.
Gracias Hermana FatimF Cor Mariae, está hermoso este homenaje-oracion- recuerdo a nuestros seres queridos que ya partieron a la casa del Padre.
ResponderBorrarDios te bendiga.
Un abrazo en Cristo Jesús.
Gracias, me alegro que le haya gustado y si es muy cierto es un hermoso recuerdo a nuestros seres queridos. Saludos en Cristo y María.
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