martes, 27 de noviembre de 2018

NOVENA DE LA GRACIA En honor de San Francisco Javier, apóstol de la India.




1506-1552


—Jesuita.

—Festividad: 3 de diciembre.

—Fecha canonización: 1602.

—Nacionalidad: española.

—Patrón: misiones, misioneros, parroquias, epidemias, propagación de la fe, etc.





ORIGEN DE ESTA DEVOCIÓN:


   Con ocasión de adornar un altar en Nápoles para una fiesta de la Inmaculada Concepción en 1633, cayó desde los andamios un martillo de dos libras de peso que hirió mortalmente al Padre Marcelo Mastrilli, de la Compañía de Jesús, destrozándole la sien derecha. De día en día llego a agravarse tanto su enfermedad que iban a darle ya la extremaunción, pues era imposible administrarle el Viático, por no poder el enfermo ni tomar una gota de agua. Pero cuando estaban pensando en esto, he aquí que el P. Mastrilli se levanta sano y bueno… La herida había desaparecido, la cicatriz no se notaba, el Padre se sentía restablecido de repente. Bien temprano celebró su Misa y dio la comunión a muchas personas que concurrieron a ver este prodigio.

   Subió enseguida al pulpito, y por su propia voz explicó al pueblo de Nápoles el secreto.

   Viéndose herido y sin esperanza de vida, había hecho voto en honor de San Francisco Javier de ir a las Misiones de Indias, si le concedía la salud. La noche última se le había aparecido el Santo animándole a cumplir su voto y recibir el martirio en el Japón (como así sucedió). El P. Mastrilli prometió la especial ayuda del santo a cuantos le invoquen y también recomendó hacerle una Novena.

   Más tarde, el Padre Alejandro Filipucci, también curado por el Santo en 1658, compuso la Novena y fijo como fecha para su realización del 4 al 12 de marzo (aniversario de su canonización), aunque puede hacerse en cualquier época del año. Desde entonces esta devoción se ha divulgado rápidamente por todas partes. Se la conoce con el nombre de Novena de la Gracia “por su grande y comprobada eficacia en las necesidades de la vida presente” (S. Pío X).




NOVENA DE LA GRACIA



Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido;
propongo firmemente nunca más pecar,
apartarme de todas las ocasiones de ofenderos,
confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos,
en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita,
que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio,
hasta el fin de mi vida.
Amén.



ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


Amabilísimo y amantísimo Santo: adoro con vos humildemente a la Divina Majestad y le doy gracias por los singulares dones de gracia que os concedió en vida y por la gloria de que ya gozáis. Os suplico con todo el afecto de mi alma, me consigáis por vuestra poderosa intercesión, la gracia importantísima de vivir y morir santamente os pido también me alcancéis la gracia especial que pido en esta novena… (Aquí se piden las gracias espirituales y temporales que se desean). Y si lo que pido no conviene a mayor gloria de Dios y bien de mi alma, quiero alcanzar lo que para eso fuere más conveniente. Amén.


—Un Padrenuestro, Avemaría y gloria.

—Se puede concluir con esta oración  atribuida a San Francisco Javier:



ORACIÓN

Eterno Dios, criador de todas las cosas: acordaos que vos criasteis las almas de los infieles haciéndolas a vuestra imagen y semejanza.

Mirad, Señor, como en oprobio vuestro  se llenan de ellas los infiernos. Acordaos, Padre celestial, de vuestro Hijo Jesucristo, que derramando tan liberalmente su sangre, padeció por ellas. No permitáis que sea vuestro Hijo por más tiempo menospreciado de los infieles, antes aplacado con los ruegos y oraciones de vuestros escogidos los Santos y de la Iglesia, Esposa benditísima de vuestro mismo Hijo, acordaos de vuestra misericordia, y olvidando su idolatría e infidelidad, haced que ellos conozcan también al que enviasteis, Jesucristo, Hijo vuestro, que es salud, vida y resurrección nuestra, por el cual somos libres y nos salvamos; a quien sea dada la gloria por infinitos siglos de los siglos. Amén.



ORACIÓN:

Oh Dios, que quisiste agregar a tu Iglesia las naciones de las Indias por la predicación y por los milagros de San Francisco Javier: concédenos que, pues veneramos la gloria de sus insignes merecimientos, imitemos, también los ejemplos de sus heroicas virtudes. Por nuestro  Señor Jesucristo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.


DEVOCIONARIO CATÓLICO.


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