En este dia hace conmemoración el martirologio romano de san
Víctor, ilustre mártir de Jesucristo, a quien Braga, ciudad de la antigua
Galicia, ahora del reino de Portugal, celebra con toda solemnidad el dia 12 de
abril, entre otros esclarecidos santos, sus naturales. En el breviario y misal
según la regla de san Isidoro, impresos en Toledo en el año 1550 y 1552, se
prescribe el oficio de este santo con nueve lecciones, que son un compendio de las actas de
su pasión, distribuidas en los breviarios antiguos de Braga, Ebora y Compostela:
por cuyos monumentos, y por lo que escribe Ambrosio de Morales, con otros de la
nación, nos consta que en tiempo de la cruel persecución que suscitaron contra
la Iglesia Diocleciano y Maximiano, habiéndose congregado una multitud de gentiles
para ofrecer sacrificio a un ídolo cerca del rio Mante, hoy Cavedo, donde
tenían un templo de grande veneración, no muy distante de la ciudad de Braga,
acercándose Víctor a aquel lugar, viéndole los paganos que obligaban a todos
los concurrentes a sacrificar, convidaron al santo, siendo todavía catecúmeno, a
que ofreciese incienso a la deidad, y a que adornase la estatua con coronas de
flores, según hacían los demás. Pero lleno Víctor de un celo santo por la
religión verdadera, les respondió: «Vosotros os alegran con estos ritos festivos,
y os parece el ídolo así adornado muy bello y hermoso; mas yo no solo le juzgo,
sino que le veo feo, vil é inmundo.»
Apenas acabó de pronunciar estas palabras,
cuando enfurecidos los gentiles cargaron sobre él, y amarrándole con la mayor
crueldad, tumultuados le presentaron al gobernador. Antes que este le
preguntase por la causa de su prisión, principió el santo a clamar en alta voz:
«Yo soy cristiano, y no
reverencio a otro Dios, que al que venera mi religión.» Mandó azotarle el gobernador, y
aplicarle varias clases de tormentos; pero cuanto mas se multiplicaban estos,
tanto más crecía el valor de Víctor, predicando sin cesar: «Yo soy cristiano, y
jamás dejare el nombre de Jesucristo mi Dios.»
Insistió en esta
confesión, hasta que viendo el juez inútil los castigos para rendir la
constancia de aquel esforzado militar del Señor, providenció que le
decapitasen, y fue bautizado con el bautismo de su sangre por los años de 303. Después
que cesó el rigor de la persecución, edificaron los fieles un templo en honor
de san Víctor, cerca del rio dicho, distante como mil pasos de la ciudad de
Braga, donde se cree que fué el lugar de su glorioso combate.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía
de Jesús. (1864).
Traducido del francés. Por el P. J. F.
de ISLA, de la misma Compañía.
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