jueves, 13 de junio de 2019

NOVENA COMPLETA A SAN ANTONIO DE PADUA.




Comenzamos día: 5 de junio.

Finalizamos día: 13 de junio.



ORACIÓN INICIAL


¡Amadísimo protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión. Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo llenas de miserias. La vida para mi es continua lucha. Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud… ¡Cuánto me hace falta y cuanto espero de tu amorosa protección! Otórgamelo, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado, creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.





DÍA PRIMERO



Por la señal… Oración inicial.

Admirable fe de San Antonio. La vida del santo Taumaturgo es un continuo pregón de la fe cristiana. Por ella, muy joven, ansía derramar su sangre a la vista de los mártires franciscanos de Marruecos. Por ella se entrega completamente a Dios en vida santa y perfectísima de evangelización que fue pasmo del mundo, rica en portentos y maravillas… ¿Qué vida de fe es la mía?

—Tres glorias a la Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la 
oración final.


RESPONSORIO DE SAN ANTONIO


   SI BUSCAS MILAGROS, MIRA
MUERTE Y ERROR DESTERRADOS.
MISERIA Y DEMONIOS HUIDOS
LEPROSOS Y ENFERMOS SANOS.

   EL MAR SOSIEGA SU IRA
REDÍMENSE ENCARCELADOS,
MIEMBROS Y BIENES PERDIDOS
RECOBRAN MOZOS Y ANCIANOS.

   EL PELIGRO SE RETIRA,
LOS POBRES VAN REMEDIADOS;
CUÉNTENLO LOS SOCORRIDOS,
DÍGANLOS LOS PADUANOS.

   EL MAR SOSIEGA SU IRA…

   RUEGA A CRISTO POR NOSOTROS,
ANTONIO GLORIOSO Y SANTO
PARA QUE DIGNOS ASÍ
DE SU PROMESA SEAMOS.


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS


¡Oh! Astro de España, Perla de pobreza, Antonio, Padre de la ciencia, ejemplo de pureza, Lumbre de Italia, Doctor de la verdad, Sol de Padua resplandeciente en señales de claridad. Amén.

—Predicador egregio, ruega por nosotros, Antonio beatísimo.

—Para que por tu intercesión alcancemos los goces de la vida.


ORACIÓN: Alegre, Señor, a vuestra Iglesia la devota y humilde oración del glorioso San Antonio, vuestro siervo; para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia y merezcamos conseguir después los goces eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.




DÍA SEGUNDO


Por la señal… Oración inicial.


Esperanza de San Antonio. Amó vivamente el Santo esta virtud. Una vida de sacrificio, en lucha constante contra el infierno, el mundo y las pasiones, sería imposible sin una gran esperanza, hija de una gran confianza en la bondad divina, en la paternal Providencia de Dios y en la ayuda constante de su gracia… Por eso el Santo jamás desmayó en su vida de incesante y penoso esfuerzo. ¡Contaba con Dios! Humillémonos y contemos, no con nuestras fuerzas, sino con las divinas, esperando en Dios.

—Tres glorias a la Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la 
oración final.




DÍA TERCERO



Por la señal… Oración inicial.

Caridad divina de San Antonio. Distinguió a San Antonio el Serafín de Asís, San Francisco, con particular amor. No ignoraba, sin duda, que, como buen hijo suyo, era otro serafín de caridad. ¿Quién podrá adivinar la ternura de su amor a Jesús? Aquella escena en que Niño Dios se recrea en los brazos del Santo puede servir para hacernos adivinar sus éxtasis, sus deliquios, sus ternuras seráficas… ¡Que ejemplo, para mí, frio miserable, pobre pecador!

—Tres glorias a la Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.




DÍA CUARTO.



Por la señal… Oración inicial.

Caridad fraternal de San Antonio. He aquí un Santo cuya vida fue un holocausto de entrañable amor a los hombres. Puede decirse que toda ella no fue sino una caricia a los pobres pecadores, a los tristes enfermos, a los atormentados por las negruras de la miseria… Y tanto placer debió de encontrar el Santo en este amor fraterno a sus semejantes, que ni la muerte lo interrumpió… Hoy, como en vida, sigue prodigándonos las mismas caricias… ¡Qué su ejemplo me mueva a compasión de los desgraciados!

—Tres glorias a la Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.



DÍA QUINTO.



Por la señal… Oración inicial.

Pureza de san Antonio. No en vano lleva el Santo en sus manos un lirio… Fue una azucena de la Iglesia. El demonio quiso mancharla con su baba inmunda, pero el Santo la guardó como un tesoro; la defendió con seto austero e impenetrable de cilicios, vigilias, disciplinas, ayunos, oraciones, trabajos… ¿Qué haces tú para guardar la pureza de tu cuerpo y de tu alma?

—Tres glorias a la Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.



DÍA SEXTO.



Por la señal… Oración inicial.

Humildad de San Antonio. También en este Santo, y por manera singular y maravillosa, se cumplió el dicho de Jesucristo: “El que se humille será ensalzado”. Se ocultó como una violeta; busco el retiro, el silencio y, dotado de altísima sabiduría, la tuvo oculta y sólo la obediencia pudo abrir con su llave de oro aquellos raudales portentosos que hicieron a San Antonio Arca del Testamento… ¡De cuantos bienes te priva tu soberbia!...

—Tres glorias a la Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.



DÍA SÉPTIMO.



Por la señal… Oración inicial.

Pobreza de San Antonio. Nacido en dorada cuna, ante las sonrisas y halagos del mundo, San Antonio abraza la pobre Orden Franciscana… Se hace hijo de aquel desposado con la dama pobreza, San Francisco, y, como él, la sigue por abrojos y espinas, privaciones y sufrimientos, contento con sus dolorosas y dulces caricias… Su despego del mundo, le hizo rico en bienes celestiales… Trocó el oro de la tierra por el oro inestimable del amor divino… Despégate de los bienes terrenos, si verdaderamente quieres salvarte…

—Tres glorias a la Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.



DÍA OCTAVO.



Por la señal… Oración inicial.

Obediencia de San Antonio. La obediencia es la muerte de la propia voluntad, y cuando el hombre mata a ésta, ha matado a su mayor enemigo. La voluntad divina, manifestada por los legítimos Superiores, obra entonces maravillas en las almas. San Antonio fue obedientísimo. Lo fue tanto, que, a un acto suyo de obediencia, predicando cuando lo creían un ignorante, debemos el haber descubierto a este nuevo Doctor de las gentes… ¡Obedece, humilla tu amor, propio! ¡Dios te ensalzara!

—Tres glorias a la Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.




DÍA NOVENO.



Por la señal… Oración inicial.

San Antonio, protector de los que sufren. Todo sufrimiento en cualquiera de sus manifestaciones, el dolor del pecado, la pérdida de salud, la escasez de recursos, las injustas persecuciones, la ausencia de paz, las hondas preocupaciones, las grandes tristezas…, cuanto puede atenazar el alma…, fue motivo de compasión para el Santo, fue materia de milagros suyos, fue blanco de su misericordia… ¿Qué se ocultó u oculta a su corazón compasivo? Acudamos, pues, a él con vivísima confianza.

—Tres glorias a la Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.





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