Comenzamos día: 5
de junio.
Finalizamos día: 13
de junio.
ORACIÓN INICIAL
¡Amadísimo protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión.
Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los
pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo llenas de miserias. La vida para mi es
continua lucha. Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud… ¡Cuánto me hace
falta y cuanto espero de tu amorosa protección! Otórgamelo, te lo
pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado,
creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a
Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.
DÍA PRIMERO
Por la señal…
Oración inicial.
Admirable
fe de San Antonio. La vida del santo Taumaturgo es un continuo pregón de la
fe cristiana. Por ella, muy joven, ansía derramar su sangre a la vista de los
mártires franciscanos de Marruecos. Por ella se entrega completamente a Dios en
vida santa y perfectísima de evangelización que fue pasmo del mundo, rica en
portentos y maravillas… ¿Qué vida de fe es la mía?
—Tres glorias a la
Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la
oración final.
RESPONSORIO DE SAN ANTONIO
SI BUSCAS
MILAGROS, MIRA
MUERTE Y ERROR DESTERRADOS.
MISERIA Y DEMONIOS HUIDOS
LEPROSOS Y ENFERMOS SANOS.
EL MAR SOSIEGA
SU IRA
REDÍMENSE ENCARCELADOS,
MIEMBROS Y BIENES PERDIDOS
RECOBRAN MOZOS Y ANCIANOS.
EL PELIGRO SE
RETIRA,
LOS POBRES VAN REMEDIADOS;
CUÉNTENLO LOS SOCORRIDOS,
DÍGANLOS LOS PADUANOS.
EL MAR SOSIEGA
SU IRA…
RUEGA A CRISTO
POR NOSOTROS,
ANTONIO GLORIOSO Y SANTO
PARA QUE DIGNOS ASÍ
DE SU PROMESA SEAMOS.
ORACIÓN FINAL PARA
TODOS LOS DÍAS
¡Oh! Astro de España, Perla de pobreza, Antonio, Padre de la ciencia, ejemplo de
pureza, Lumbre de Italia, Doctor de la verdad, Sol de Padua resplandeciente en
señales de claridad. Amén.
—Predicador
egregio, ruega por nosotros, Antonio beatísimo.
—Para que por tu
intercesión alcancemos los goces de la vida.
ORACIÓN: Alegre, Señor, a vuestra Iglesia la devota y humilde
oración del glorioso San Antonio, vuestro siervo; para que seamos siempre
socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia y merezcamos conseguir
después los goces eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con
Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
DÍA SEGUNDO
Por la señal…
Oración inicial.
Esperanza
de San Antonio. Amó vivamente el Santo esta virtud. Una vida de
sacrificio, en lucha constante contra el infierno, el mundo y las pasiones, sería
imposible sin una gran esperanza, hija de una gran confianza en la bondad
divina, en la paternal Providencia de Dios y en la ayuda constante de su
gracia… Por eso el Santo jamás desmayó en su vida de incesante y penoso
esfuerzo. ¡Contaba
con Dios! Humillémonos y
contemos, no con nuestras fuerzas, sino con las divinas, esperando en Dios.
—Tres glorias a la
Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la
oración final.
DÍA TERCERO
Por la señal…
Oración inicial.
Caridad
divina de San Antonio. Distinguió a San Antonio el Serafín de Asís, San Francisco, con particular
amor. No ignoraba, sin duda, que, como buen hijo suyo, era otro serafín de
caridad. ¿Quién
podrá adivinar la ternura de su amor a Jesús? Aquella escena en que
Niño Dios se recrea en los brazos del Santo puede servir para hacernos adivinar
sus éxtasis, sus deliquios, sus ternuras seráficas… ¡Que ejemplo, para mí, frio miserable,
pobre pecador!
—Tres glorias a la
Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.
DÍA CUARTO.
Por la señal…
Oración inicial.
Caridad
fraternal de San Antonio. He aquí un Santo cuya vida fue un holocausto de entrañable amor a los
hombres. Puede decirse que toda ella no fue sino una caricia a los pobres
pecadores, a los tristes enfermos, a los atormentados por las negruras de la
miseria… Y tanto placer debió de encontrar el Santo en este amor fraterno a sus
semejantes, que ni la muerte lo interrumpió… Hoy, como en vida, sigue
prodigándonos las mismas caricias… ¡Qué su ejemplo me mueva a compasión de los desgraciados!
—Tres glorias a la
Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.
DÍA QUINTO.
Por la señal…
Oración inicial.
Pureza
de san Antonio. No en vano lleva el Santo en sus manos un lirio… Fue una azucena de la
Iglesia. El demonio quiso mancharla con su baba inmunda, pero el Santo la
guardó como un tesoro; la defendió con seto austero e impenetrable de cilicios,
vigilias, disciplinas, ayunos, oraciones, trabajos… ¿Qué haces tú para guardar la pureza de tu
cuerpo y de tu alma?
—Tres glorias a la
Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.
DÍA SEXTO.
Por la señal…
Oración inicial.
Humildad
de San Antonio. También en este Santo, y por manera singular y
maravillosa, se cumplió el dicho de Jesucristo: “El que se humille será ensalzado”. Se ocultó como una violeta; busco el retiro, el silencio y, dotado de
altísima sabiduría, la tuvo oculta y sólo la obediencia pudo abrir con su llave
de oro aquellos raudales portentosos que hicieron a San Antonio Arca del
Testamento… ¡De
cuantos bienes te priva tu soberbia!...
—Tres glorias a la
Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.
DÍA SÉPTIMO.
Por la señal…
Oración inicial.
Pobreza
de San Antonio. Nacido en dorada cuna, ante las sonrisas y halagos del
mundo, San Antonio abraza la pobre Orden Franciscana… Se hace hijo de aquel
desposado con la dama pobreza, San Francisco, y, como él, la sigue por abrojos
y espinas, privaciones y sufrimientos, contento con sus dolorosas y dulces
caricias… Su despego del mundo, le hizo rico en bienes celestiales… Trocó el
oro de la tierra por el oro inestimable del amor divino… Despégate de los
bienes terrenos, si verdaderamente quieres salvarte…
—Tres glorias a la
Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.
DÍA OCTAVO.
Por la señal…
Oración inicial.
Obediencia
de San Antonio. La obediencia es la muerte de la propia voluntad, y cuando el hombre mata a
ésta, ha matado a su mayor enemigo. La voluntad divina, manifestada por los
legítimos Superiores, obra entonces maravillas en las almas. San Antonio fue
obedientísimo. Lo fue tanto, que, a un acto suyo de obediencia, predicando
cuando lo creían un ignorante, debemos el haber descubierto a este nuevo Doctor
de las gentes… ¡Obedece,
humilla tu amor, propio! ¡Dios te ensalzara!
—Tres glorias a la
Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.
DÍA NOVENO.
Por la señal…
Oración inicial.
San Antonio,
protector de los que sufren. Todo sufrimiento en cualquiera de sus manifestaciones, el dolor del pecado,
la pérdida de salud, la escasez de recursos, las injustas persecuciones, la
ausencia de paz, las hondas preocupaciones, las grandes tristezas…, cuanto
puede atenazar el alma…, fue motivo de compasión para el Santo, fue materia de
milagros suyos, fue blanco de su misericordia… ¿Qué se ocultó u oculta a su corazón
compasivo? Acudamos, pues, a él
con vivísima confianza.
—Tres glorias a la
Santísima Trinidad, recitar el responsorio y luego la oración final.
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