—En Roma, los santos mártires Arecio y Daciano.
—En Bresce, san Clateo, obispo y mártir, en tiempo de Nerón.
—En Panonia, los santos mártires Rutilo y compañeros.
—En Verona, san Alejandro, obispo.
—En la baja Bretaña, santa Nenoca, virgen, fundadora de un monasterio.
—Cerca de Chamberí, san Concordio, venerado en aquel pueblo como obispo extranjero.
—En Espoleto, san Marcial, obispo.
—Dicho día, el martirio de san Espergencio y de otros muchos de ambos sexos.
—En Nion, los santos mártires Zotico, Atalo yEutiques.
—En Egipto, santa Bistámona. martirizada con otros cuatro.
—En dicha región, san Alvino, abad.
—En Sisseck en Iliria, san Quirino, obispo, que bajo el presidente Galerio, como refiere Prudencio, fue precipitado con una piedra de molino atada al cuello al rio: pero nadando la piedra como un corcho, después de haber exhortado largo tiempo a los cristianos que le rodeaban a no atemorizarse de su suplicio, y a no titubear en la fe, alcanzó de Dios con su oración que se sumergiese la piedra, a fin de conseguir la gloria del martirio.
—En Arras, santa Saturnina, virgen y mártir.
—En Milevo de Numidia, san Optato, obispo, ilustre por su ciencia y santidad.
—En Anona en el Abruzo, el fallecimiento del santo presbítero Francisco Caracciolo, fundador de la orden de los Clérigos Reglares Menores, puesto en el número de los santos por Pio VII.
Sacado de AÑO CRISTIANO POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. Traducido del francés, por el P. J. F. DE ISLA, de la misma compañía. Año 1864.
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