martes, 23 de septiembre de 2025

SANTA XANTIPA, Y SANTA POLIXENA, DISCÍPULAS DE LOS APÓSTOLES. —23 de septiembre.

 


 

—Santa Xantipa fué una de las más esclarecidas mujeres de Córdoba en el imperio de Nerón. Su nombre da a entender que descendía de los antiguos griegos que poblaron aquella ciudad. Casó con Probo, romano al parecer, y uno de los señores principales de aquella tierra, amigo íntimo del emperador. Tenía otra hermana, llamada Polixena, de la cual no consta que hubiese casado. Era a este tiempo pretor de la España ulterior Filoteo, cuya residencia como la de todos los demás pretores era Córdoba, donde estaba la basílica y pretorio. Dicen, pues, que cuando san Pablo vino a España, cuyo hecho tiene a su favor insignes testimonios, persuadió Xantipa a su esposo que le hospedase en su casa, y fué adoctrinada con su predicación en el Evangelio de Jesucristo, cuya fe abrazaron ella y su esposo. Añaden que Xantipa vio en la frente de san Pablo unas letras que decían: «Pablo, apóstol de Jesucristo.» Polixena partió con el Apóstol a Acaya, provincia de la Grecia, que hoy llamamos la Morea, donde predicaba el apóstol san Andrés, de cuya mano recibió ella el bautismo. Después volvió a Córdoba a la compañía de su hermana, de cuyo ejemplo y persuasión se valió Dios para que aquella ciudad, dejada la superstición de la idolatría, abriese los ojos a la fe y se convirtiese a la adoración de su santo nombre. Uno de los convertidos fué el citado Filoteo. Murieron estas dichosas hermanas en la paz del Señor, hacia el año 70 de Cristo, y su memoria se señala hoy en el Martirologio romano y en el Menologio de los griegos. Villan. Añ. crist. tom. IX.

 

 

LA LEYENDA DE ORO

MARTIROLOGIO ROMANO: DÍA 23 DE SEPTIEMBRE.

 


—San Lino, papa y mártir, en Roma; el primero que gobernó la Iglesia de Roma después del apóstol san Pedro: murió con la corona del martirio, y lo sepultaron en el Vaticano junto al mismo Apóstol.

 


—Santa Tecla, virgen y mártir, en Iconio en Licaonia; la cual convertida a la fe por el apóstol san Pablo, en tiempo de Nerón, habiendo confesado a Cristo, fue arrojada al fuego y a las fieras; pero salió sin lesión de estos y otros varios tormentos, sufriéndolos con la mayor constancia para ejemplo de muchos. Finalmente, pasó a Seleucia, donde murió en paz. Los santos Padres la celebran con grandes elogios.

 


—La conmemoración de san Sosio, diácono de Misena, en Campania, de cuya cabeza el santo obispo Jenaro vió levantarse una llama mientras leía el Evangelio en la iglesia, por lo cual profetizó que sería mártir. Efectivamente, pocos días después, a los treinta años de su edad, en compañía del mismo Obispo, alcanzó la palma del martirio, habiéndolos degollado.

 

—Los santos mártires Andrés, Juan, Pedro y Antonio, en África.

 San Paterno, obispo y mártir, en la diócesis de Constanza.



—San Constancio, en Ancona, sacristán de aquella iglesia, esclarecido por el don de milagros. (En su humilde posición fue modelo de eclesiásticos y seglares. San Gregorio Magno en su libro de los Diálogos refiere muchos prodigios de este Santo, y dice que, si fue grande en los milagros, fue más grande aun por su extraordinaria humildad).

 

—Las santas mujeres Xantipa y Polixena, discípulas de los Apóstoles, en España.

 


—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.

  

   Alabado y glorificado sea Dios eternamente.

 

 

AÑO CRISTIANO

POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).

Traducido del francés. Por el P. J. F. de ISLA, de la misma Compañía.

 


domingo, 21 de septiembre de 2025

MARTIROLOGIO ROMANO: DÍA 21 DE SEPTIEMBRE.

 


El martirio de san Mateo, apóstol y evangelista; el cual, habiendo predicado el Evangelio en Etiopia, murió mártir. Su Evangelio, escrito en hebreo, por revelación suya fue hallado juntamente con el cuerpo de san Bernabé apóstol, imperando Zenon.

 



—El santo profeta Jonás, en tierra de Saar, que fue sepultado en Get.

 

CATACUMBA DE SAN PÁNFILO

—San Pánfilo, mártir, en Roma.

 


— El martirio de san Alejandro, obispo, en la vía Claudia a veinte millas de Roma; el cual, imperando Antonino, sufrió constantemente por la fe de Jesucristo cárceles, palos, tormento del caballete, antorchas ardiendo, el ser despedazado con garfios de hierro, el ser echado a las fieras y en un horno encendido, hasta que, por último, siendo degollado, alcanzó la vida eterna. Su cuerpo lo traslado después a Roma san Dámaso, papa, el día 26 de noviembre, en el cual dispuso que se celebrase su fiesta.

 

—San Eusebio, mártir, en Fenicia, quien, presentándose voluntariamente al Prefecto, y confesando que era cristiano, por orden de este ministro, después de padecer muchos tormentos, fue degollado.


San Isacio, obispo y mártir, en Chipre.

 —San Melecio, obispo y confesor, en la misma isla.


Santa Ifigenia, virgen, en Etiopia; la cual, bautizada por el apóstol san Mateo, se consagró a Dios, y murió santamente.

 

 

—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.

 

 

   Alabado y glorificado sea Dios eternamente.

 

 

 AÑO CRISTIANO

POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).

Traducido del francés. Por el P. 

J. F. de ISLA, de la misma Compañía.


sábado, 20 de septiembre de 2025

VIGILIA DE SAN MATEO, APOSTOL. —20 DE SEPTIEMBRE.

 


   La Misa de este día es la de la Vigilia de las fiestas de los Apóstoles. El Evangelio nos refiere la conversión de San Mateo según el relato de San Lucas, que por respeto y discreción le llamó Leví. Mañana leeremos el mismo relato, pero escrito por la pluma de San Mateo, que no oculta su nombre. Las palabras del Señor que en él se nos refieren, nos muestran la extrema condescendencia y la misericordia infinita de Jesús para con los pecadores: “No son los sanos los que necesitan de los médicos, sino los enfermos. No vine a llamar a los justos, sino a los pecadores a penitencia.”

 

 

  Hay que entender bien esta penitencia de que nos hablan en bastantes lugares el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles. “Es verdad que no excluye la penitencia las obras aflictivas, por medio de las cuales el hombre castiga en sí mismo su pecado y promete la enmienda; pero implica, ante todo, un cambio de vida, la renuncia a toda clase de disposiciones y costumbres reprobadas por Dios”. A hacer esta penitencia, todos estamos invitados con pena de muerte eterna.

 

 

   Por su parte, San Ambrosio, en la homilía que leemos en Maitines advierte: “Es todo un misterio esta vocación del publicano a quien Jesús invita a seguirle, no tanto con los pasos del cuerpo como con el movimiento del alma. Este hombre, llamado con una sola palabra, deja su bienestar y, dejando su miserable despacho en el que se le veía sentado, camina con paso firme y decidido en pos del Señor y hasta se mete en gastos para prepararle un gran banquete. Eso ocurre con el que recibe a Cristo en la casa espiritual de su corazón, que es alimentado con lo más delicado y totalmente saciado de delicias”.

 

 

EL AÑO LITURGICO

DOM PROSPERO GUERANGER.

MARTIROLOGIO ROMANO: DÍA 20 DE SEPTIEMBRE.

 


—El martirio de los santos mártires Eustaquio y Teopista, su mujer, con sus dos hijos Agapito y Teopisto, en Roma; los cuales en el imperio de Adriano fueron condenados a las fieras, y habiendo salido sin recibir daño por virtud de Dios, los metieron en un toro de bronce ardiendo, en donde consumaron el martirio.

 


—La vigilia de san Mateo, apóstol y evangelista.

 


—El martirio de los santos mártires Fausta, virgen, y Evilasio, en Cyzico en el mar de Mármora, en tiempo del emperador Maximiano: a Fausta el mismo Evilasio, sacerdote idólatra, hizo que por escarnio le rapasen la cabeza, y que la colgasen y atormentasen; después de lo cual intentó aserrarla por medio; pero no pudiendo los verdugos hacerle daño, lleno de terror se convirtió a Cristo; y mientras que por orden del Emperador le atormentaban cruelmente, a Fausta le taladraron la cabeza, y le pasaron todo el cuerpo con clavos, y la metieron en una sartén a la lumbre, hasta que llamados los dos Mártires con una voz del cielo, volaron ambos al Señor.

 

—Los santos mártires Dionisio y Privado, en Frigia.

 —San Prisco, también mártir; el cual después de agujerearle el cuerpo con agudos puñales, fue degollado.

—Los santos Teodoro, Felipa su madre y compañeros mártires, en Perga de Panfilia en tiempo del emperador Antonino.

—San Clicerio, obispo y confesor, en Milán.


—Santa Cándida, virgen y mártir, en Cartago; la cual, en el imperio de Maximiano, despedazada a azotes alcanzó la corona del martirio.

 

—San Agapito, papa, en el mismo día, de cuya santidad hace mención san Gregorio el Magno,

 

 


—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.

 

 

   Alabado y glorificado sea Dios eternamente.

 

 

 

AÑO CRISTIANO

POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).

Traducido del francés. Por el P. J. F. de ISLA, de la misma Compañía.

 

SAN TEODORO de CANTERBURY, OBISPO Y CONFESOR. —19 de septiembre.

 



   Fué natural de Tarso, en Cilicia; estudió en Atenas la filosofía y las bellas letras, y habiendo abrazado la vida monástica se fué a Roma. En esta ciudad se perfeccionó en las ciencias humanas y divinas, en la inteligencia de las lenguas sabias, y sobre todo en la sublime práctica de la perfección cristiana.

 

   Llegó a ser tan pública la fama de su sabiduría y virtudes que, estando vacante el arzobispado de Canterbury buscando el papa un hombre de elevadas prendas que pudiese dirigir dignamente al numeroso clero de Inglaterra, puso los ojos en Teodoro, que poco después fué consagrado por el mismo papa Vitaliano el día 26 de marzo del año 668. Marchó en seguida para su destino; pero se detuvo algún tiempo en París para aprender la lengua inglesa, y allí recibió una embajada del rey de Kent, que le suplicaba apresurase su marcha. Habiendo tomado posesión de su silla empezó su episcopado visitando todas las iglesias de la nación inglesa, derramando por todas partes las luces de su sabiduría y las instrucciones necesarias para restablecer la pureza de la moral y confirmar la disciplina de la Iglesia católica. Estableció varios obispados donde creyó conveniente; introdujo el canto gregoriano, creó algunas cátedras para la enseñanza de la santa Escritura y de algunas otras ciencias, como la astronomía y las matemáticas. El mismo enseñaba las lenguas griega y latina, con las cuales se formaron una porción de hombres célebres y profesores de gran nombradía, que luego establecieron y abrieron escuelas en todas las poblaciones considerables de Inglaterra. Esta nación llegó en pocos años a ser morigerada, laboriosa y sabia, merced a los continuos desvelos de su esclarecido primado. En los concilios que este santo convocó publicó una infinidad de reglamentos útiles a la Iglesia, y que al mismo tiempo afirmaban la seguridad y la paz en el estado. Una vez que esta paz se turbó por las pretensiones opuestas del rey de los nortumbros y del rey de los mercios, Teodoro los reconcilió y volvió a los ánimos la tranquilidad. Fué el árbitro y el oráculo de aquellos países, y en su largo pontificado no desmereció nunca la veneración y aprecio de sus habitantes.

 


   Una de las cosas que más memorable le han hecho en la Iglesia católica es su Penitencial, colección de cánones que arreglaba todo lo concerniente a las penitencias públicas, monumento eterno de su sabiduría y del conocimiento que tenía del corazón del hombre. Su muerte, ocurrida el día 19 de septiembre del año 690, fué una calamidad irreparable para los ingleses, que la lloraron con un sentimiento y unas muestras imponderables de dolor. Murió a la edad de 88 años, el veintidós de su pontificado.

viernes, 19 de septiembre de 2025

MARTIROLOGIO ROMANO: DÍA 19 DE SEPTIEMBRE.

 

LA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE SALETTE.


   Los niños pastores Maximino, de once años y Melanie, de quince, vieron a la Virgen María, el día 19 de septiembre de 1846, en una meseta montañosa al sudeste de Francia, cerca del poblado de la Salette. Estaban cuidando del ganado, tarea habitual de Melanie, pero para Maximino era todo nuevo. El día era muy caluroso y los dos acordaron en comer su almuerzo a la sombra. Se quedaron dormidos y al despertar el ganado no estaba. Lo encontraron pastando plácidamente. Volvieron a recoger sus utensilios en el lugar del almuerzo y vieron un globo luminoso. Vieron a una Señora que estaba sentada en una enorme piedra. Estaba amargamente llorando y el rostro lo tenía entre sus manos. La Señora se levantó y les dijo que no tuvieran miedo de ella y que les iba a comunicar importantes noticias para toda la humanidad. Al principio nadie les creyó. Pero el párroco de la Salette se quedó muy impresionado por el relato. Los niños fueron una y otra vez interrogados y siempre narraban lo mismo. Surgió una fuente cerca del lugar donde la Señora se había aparecido. El Obispo de la Salette encargó a dos teólogos la investigación de la aparición y de todas las curaciones de enfermos que desde entonces se producían cerca del pueblo. Después de 5 años de una rigurosa investigación, el obispo de Grenoble, Monseñor Philibert de Bruillard, reconoce la autenticidad de la Aparición. Finalmente, el Papa Pío IX aprobó la devoción a Nuestra Señora de la Salette.



Jenaro, obispo de Benevento.



Festo, diácono de Jenaro; Desiderio, lector.



Sosio, diácono de la iglesia de Misena. 


Próculo, diácono de Puzzol, Eutiques y Acucio, en Puzzol en la Campania en Italia.


—Los santos mártires Jenaro, obispo de Benevento, Festo, diácono suyo, Desiderio, lector, Sosio, diácono de la iglesia de Misena, Próculo, diácono de Puzzol, Eutiques y Acucio, en Puzzol en la Campania en Italia; los cuales después de haber estado en la cárcel cargados de cadenas, fueron degollados en tiempo del emperador Diocleciano: el cuerpo de san Jenaro lo llevaron a Nápoles, y lo enterraron honoríficamente en la iglesia, donde se conserva también en una redoma de vidrio una porción de su sangre, la cual puesta delante de su cabeza visiblemente se liquida, y bulle como si estuviera fresca.

 


—El martirio de los santos mártires Félix y Constancia (En el año 1816 se extrajo del cementerio de Roma, titulado Priscillæ, vía Salaria nueva, el sagrado cuerpo de la jovencita santa Constancia, mártir, con el vaso de sangre, a instancia del cardenal Bardají, el cual lo envió a Barcelona a la excelentísima señora Duquesa de Almenara alta, marquesa de Villel, en cuya casa estuvo colocada en su oratorio hasta el año de 1848, en que fue trasladado al convento de religiosas Carmelitas descalzas, dicho de Santa Teresa, de la misma ciudad de Barcelona, en donde quedó colocado en un devotísimo oratorio dedicado a Nuestra Señora de Monserrat que tienen las religiosas dentro la clausura. Se ignora el motivo por que la dicha señora Duquesa celebró siempre la fiesta de esta santa Mártir tal día como hoy, en que el Martirologio romano hace conmemoración de san Félix y santa Constancia, sacerdote el primero de Mocera, en Italia, y la segunda noble matrona de la misma ciudad, cuyos Santos en el año 69, imperando Nerón, fueron condenados a muerte por confesar constantes la fe de Jesucristo), en Mocera, martirizados en tiempo de Nerón.

 


—Los santos mártires Peleo, Nilo y Elías, obispos de Egipto, en Palestina; los cuales en la persecución de Diocleciano juntamente con muchos clérigos fueron quemados vivos por la fe de Cristo.

 

—Los santos mártires Trófimo, Sabacio y Dorimedontes, en el mismo día, en tiempo del emperador Probo: Sabacio en Antioquía por orden del presidente Ático fue azotado hasta que murió; Trófimo enviado a Sinnada al presidente Perennio, después de muchos tormentos para dar glorioso fin a su martirio, fue degollado junto con Dorimedontes, senador.

 

—En Eleuterópolis de Palestina, santa Susana, Virgen y Mártir, hija de Artemio, Sacerdote de los ídolos, y de Marta, mujer judía. Muertos sus padres, se convirtió a la fe Cristiana, y por la misma fe el Prefecto Alejandro la sujetó a varios tormentos y la encerró en una cárcel, donde, puesta en oración, pasó al Esposo.

 

—Santa Pomposa, virgen y mártir, en Córdoba, en la persecución de los árabes.

 

—San Teodoro, obispo, en Cantórbery; el cual siendo enviado a Inglaterra por el papa Vitaliano, floreció en doctrina y en santidad. (Era natural de Tarso en Cilicia, estudió en Atenas la filosofía y bellas letras, y habiendo abrazado la vida monástica se fué a Roma, informado el papa Vitaliano de su sabiduría en las letras divinas y humanas y de su santidad, lo consagró para el arzobispado de Cantórbery en Inglaterra. Allí estableció obispados, introdujo el canto gregoriano, creó cátedras, y él mismo enseñaba las lenguas griega y latina, y fue fundador de la famosísima escuela que tantos hombres grandes produjo. Su Penitencial, colección de cánones relativos a las penitencias públicas, es por si solo un monumento eterno de su sabiduría. Murió por los años de 690, y los ingleses lloraron su pérdida como una calamidad irreparable).

 

—San Eustoquio, obispo, en Tours de Francia, varón de esclarecida virtud.


—San Sequano, presbítero y confesor, en la diócesis de Langres.

 

—Santa María de Cervellón, virgen, del Orden de Santa María de la Merced, en Barcelona en España; la cual, por la prontitud con que protege a los que la invocan, es comúnmente llamada Santa María del Socorro o del Socos.

 

—En la aldea de Druelle, Diócesis de Rodez, en Francia, santa María Guillerma de Rodat, Virgen, Fundadora de la Congregación de Hermanas de la sagrada Familia, enteramente consagrada a la educación de las niñas y al alivio de los menesterosos; la cual fue contada por el Papa Pío XII entre las santas Vírgenes.

 

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

 

R. Deo Gratias.

 

AÑO CRISTIANO

POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).

Traducido del francés. Por el P. J. F. de ISLA, de la misma Compañía.