—En Valencia de España, san Vicente, levita y mártir, el
cual por sentencia del presidente Daciano, famoso por sus crueldades, sufrió
cárceles, hambre, caballete, descoyuntamiento de miembros, parrillas de hierro
encendidas y otros muchos géneros de tormentos, con los cuales voló al cielo a
recibir la recompensa de tan glorioso martirio. El poeta Prudencio ha cantado
su triunfo en versos elegantes, y san Agustín y el papa san León le han
celebrado también con grandes alabanzas.
—En Roma, en las fuentes Salvianas, se solemniza la
fiesta de san Anastasio, monje Persa, el cual, después de haber sufrido en
Cesaréa de Palestina una rigurosa prisión, azotes y cadenas, fué atormentado
todavía de diferentes maneras por Cósroes, rey de Persia, y últimamente
decapitado; habiendo tenido antes el consuelo de enviar al martirio setenta
compañeros suyos que fueron todos anegados. Su cabeza fué llevada a Roma
juntamente con su imagen, cuya presencia sola, así como lo atestiguan las actas
del segundo concilio de Nicea, arroja los demonios y cura las enfermedades.
—En Embrun, los santos Vicente, Oroncio y Víctor, que
alcanzaron la corona del martirio en la persecución de Diocleciano.
—En Novara, san Gaudencio, obispo y confesor.
—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración
de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.
Alabado y
glorificado sea Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).
Traducido del francés. Por el P. J. F. de ISLA, de la
misma Compañía.
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