Por: D. FELIX SARDA Y SALVANY, Pbro.
TODOS LOS DÍAS
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos Señor
✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre,
y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Dulcísimo Corazón de Jesús, que en este Divino Sacramento estáis vivo e inflamado de amor por nosotros! Aquí nos tenéis en vuestra presencia, pidiéndoos perdón de nuestras culpas e implorando vuestra misericordia. Nos pesa ¡oh buen Jesús! de haberos ofendido, por ser Vos tan bueno que no merecéis tal ingratitud. Concedednos luz y gracia para meditar vuestras virtudes y formar según ellas nuestro pobre corazón. Amén.
MEDITACIÓN DÍA 1
EL SAGRADO CORAZÓN, MODELO DE AMOR
I
¿Qué motivos han inducido
al buen Jesús a darnos su Sagrado Corazón? Sólo
por motivos de amor. Porque nos amó se hizo hombre, porque nos amó sufrió
Pasión y muerte, porque nos amó quiso quedarse en la Eucaristía, porque nos amó
se dignó manifestarnos en estos últimos tiempos las riquezas de su adorable
Corazón.
¿Y a
quién amó? A
criaturas ingratas y culpables, indignas de ocupar uno solo de sus pensamientos.
Nos vio como éramos, pobres, infelices, llenos de corrupción y de pecados, por
nuestra suma miseria nos amó. ¡Oh amor tiernísimo del Corazón de Jesús!
¿Y cómo nos amó? No como aman los hombres, ni como
aman los Ángeles, ni como ama la misma Virgen María. Nos
amó como sólo puede amar Él; con amor eterno, infinito, divino, amor del
Corazón de un Dios.
¡Oh Pobre corazón mío! ¡Qué nobleza la tuya! Has
sido amado a pesar de tu miseria por el Corazón de todo un Dios ¿Conoces ¡oh hombre! hasta qué punto te ha engrandecido Dios,
haciéndote objeto de su amor?
—Medítese unos minutos.
II
¿Y
qué pide el Corazón de Jesús en cambio de este amor? No pide nuestra vida, nuestra salud
ni nuestras riquezas. Pide sólo el amor de nuestro corazón. Pide sólo ser amado,
no como merece Él, sino como podemos amar nosotros con nuestro pobrecito
corazón. Con una gotita del nuestro se contenta Él, a trueque del océano que
nos da del suyo.
Tengo sed, clama desde este sagrario, como
desde la cruz. Tengo sed de vuestro amor. ¡Ah! ¡hermanos míos! ¡amigos míos! ¡no nos hagamos los
sordos a este grito amoroso del Corazón de Jesús! ¡Amemos al Sagrado
Corazón!
¿Y cómo se le ama? Se le ama guardando su ley,
procurando seguir sus inspiraciones, buscándole amigos que le quieran,
ganándoles almas que un día sean con El dichosas, evitándole injurias y menosprecios,
desagraviándole por ellos. Así se aman los hombres unos a otros. Así debemos amar a Jesús.
¿Qué haces tú por aquel padre, por aquella
esposa, por aquel hermano, por aquel amigo a quien amas tanto? ¿Cómo les
hablas? ¿Cómo les sirves? ¿Cómo les contentas? pues bien; haz lo mismo con el
Corazón de tu buen Jesús, y estará satisfecho de ti.
¡Ay de ti si no le amas
por lo menos de esta suerte! ¡Infeliz! Deberás
aborrecerlo por toda la eternidad.
—Medítese, y pídase la
gracia particular.
ORACIÓN Y ACTO DE
CONSAGRACIÓN
Rendido a vuestros pies, ¡oh Jesús mío!, considerando las inefables muestras
de amor que me habéis dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo
vuestro adorabilísimo Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros
y serviros como fiel discípulo vuestro, para hacerme digno de las mercedes y
bendiciones que generoso concedéis a los que de veras os conocen, aman y
sirven.
¡Mirad que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y
necesito de Vos, como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! Mirad que soy muy rudo, ¡oh soberano
Maestro!, y necesito de vuestras
divinas enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia. ¡Mirad que soy muy débil, oh poderosísimo
amparo de los flacos y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Vos para no
desfallecer! Sedlo todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi
miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio
en toda necesidad. De Vos lo espera todo mi pobre corazón. Vos lo alentasteis y
convidasteis cuando con tan tiernos acentos, dijisteis repetidas veces en
vuestro Evangelio: “Venid a Mí, … Aprended de Mí ... Pedid, llamad ...” A las puertas de vuestro Corazón
vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del mío os hago, oh Señor, firme,
formal y decidida entrega. Tomadlo Vos, y dadme en cambio lo que sabéis me ha
de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. Amén.
—Aquí se rezará tres veces el Padre Nuestro,
Ave María y Gloria, en recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de
la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque.
LETANÍA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.
Señor, ten
piedad de nosotros.
Cristo, ten
piedad de nosotros.
Señor, ten
piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten
piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten
piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que
eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Hijo
del Padre Eterno, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre, ten piedad de
nosotros.
Corazón de Jesús, unido
substancialmente al Verbo Divino, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de
majestad infinita, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, templo
santo de Dios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, tabernáculo
del Altísimo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, casa
de Dios y puerta del Cielo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, horno
ardiente de caridad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Santuario
de justicia y de amor, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, lleno
de amor y bondad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, abismo
de todas las virtudes, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, dignísimo
de toda alabanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, rey
y centro de todos los corazones, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
en quien están encerrados todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en
quien habita toda la plenitud de la divinidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en
quien el Padre tiene todas sus complacencias, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de
cuya plenitud hemos participado todos nosotros, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, deseado
de los collados eternos, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paciente
y de gran misericordia, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, rico
para con todos aquellos que te invocan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente
de vida y santidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, propiciación
por nuestros pecados, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, saciado
de oprobios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, despedazado
por nuestras maldades, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, hecho
obediente hasta la muerte, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, traspasado
con la lanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente
de todo consuelo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, nuestra
vida y resurrección, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, nuestra
paz y reconciliación, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, víctima
de los pecadores, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, salud
de los que en ti esperan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, esperanza
de los que en ti mueren, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, delicia
de todos los Santos, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros,
Señor.
℣.
Jesús, manso
y humilde de Corazón.
℟.
Haz nuestro
corazón semejante al tuyo.
ORACIÓN
¡Oh
Jesús, Señor nuestro, que por un nuevo beneficio de tu gracia te has dignado
manifestar a tu Iglesia las riquezas de tu Corazón! haz que podamos pagar a este divino
Corazón amor con amor, y reparar con dignos desagravios los ultrajes que te ha
hecho la ingratitud de los hombres.
Omnipotente y sempiterno Dios,
pon los ojos en el Corazón de tu muy amado Hijo, y en las alabanzas y
satisfacciones que te ha ofrecido a nombre de los pecadores, y aplacado con
ellas, perdona a los que imploran tu misericordia en nombre del mismo Jesucristo,
que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y
del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario